VIDAS PARALELAS
- HEROES DE LA PACIFICACION NACIONAL
- 28 abr 2019
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“Nadie tiene que defenderse por haber ganado una guerra justa. Y la guerra contra el terrorismo fue una guerra justa. Sin embargo, yo estoy procesado aquí porque ganamos esa guerra justa. Si la hubiéramos perdido no estaríamos acá ni ustedes ni nosotros. Porque hace tiempo que los altos jueces de esta Cámara habrían sido sustituidos por turbulentos tribunales del pueblo…Pero aquí estamos. Porque ganamos la guerra de las armas y perdimos la guerra psicológica.
Quizá por deformación profesional estábamos absortos en la lucha armada; y estábamos convencidos y sentíamos que nuestros compatriotas no solo nos apoyaban. Más aun, nos incitaban a vencer porque iba a ser un triunfo de todos.
Ese ensimismamiento nos impidió ver con claridad los excepciona les recursos propagandísticos del enemigo y, mientras combatíamos, un eficacísimo sistema de persuasión comenzó a arrojar las sombras más siniestras sobre nuestra realidad al punto de convertir en agresores a los agredidos, en victimarios a las víctimas, en verdugos a los inocentes. Y esa guerra psicológica no ha cesado. Lleva más de diez años golpeando la sensibilidad de la gente, ayudada por un extraordinario apoyo de la prensa...
Así, parecería que la democracia era el terrorismo y los que combatíamos al terrorismo éramos los auténticos terroristas. Así hemos perdido el sentido de la palabra libertad, que es un bien en sí mismo, independiente de que alguien intente arrebatárnoslo.
Y las usinas destinadas a la perversión de las ideas la han suplantado por la palabra “liberación” que no supone un bien intrínseco sino un bien coyuntural sujeto a que alguien nos está oprimiendo. Se da entonces por sentado que siempre estamos oprimidos a menos que claro, estén los liberadores manejando el poder. Cuando el enemigo se dio cuenta de que empezaba a perder la guerra de las armas, montó un espectacular movimiento de amparo, inobjetable, del agrado tema de los derechos humanos...... Y yo me pregunto: ¿En qué bando estaban mis juzgadores? ¿Quiénes son o qué fueron los que tienen hoy mi vida en sus manos? ¿Eran terroristas? ¿Estaban deseando que ganaran los represores? ¿Eran indiferentes y les daba los mismo la victoria de unos que las de otros? Lo único que yo sé es que aquí hubo una guerra entre las fuerzas legales –en donde hubo excesos fueron desbordes excepcionales- y el terrorismo subversivo en donde el exceso es la norma…Cualquiera puede imaginar que nadie transforma a los Oficiales y Suboficiales del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada en una banda de sorprendentes asesinos que, de la noche a la mañana, pierden todo reflejo ético. Pero en una organización terrorista el exceso sí es la norma, simplemente porque el exceso es su razón de ser...” Sorprendente que este alegato – que podría pertenecer a la defensa de uno de los tantos oficiales peruanos acusados de violar los derechos humanos de los terroristas – sea un extracto del discurso del Almirante argentino Massera ante los jueces que lo condenaron.
EXPRESO 20 Mar 2006
EDITORIAL
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